JOHN ROSS CUESTA – Colombia
TRABAJO DE LLANO
“Volveré a trabajar llano, pues no trabajo hace rato y ahorita es que tengo ganas de jinetear un potranco, antojo e´jalar un rabo, deseo de quebrar un cacho, ilusión de sacar un lance, nostalgia de zumbar un lazo… Levantar un rodeo grande de los rincones de un bajo, mirar que una soga pasa humillando los mastrantos, sentir enorme en el pecho el ser de un llanero nato, cuando cerrando el tranquero ta´un horizonte araguato”
Fragmento de canción compuesta por Cachi Ortegón e interpretada por Cholo Valderrama, titulada: Volveré a trabajar llano.
El trabajo de llano gira en torno a las labores específicas y que se derivan del ganado, su principal fuente económica de subsistencia, además de ser la representación concreta y cultural que define al llanero o llanera, este consiste entre otras muchas más actividades, en jinetear el caballo machiro al amanecer, enlazar reses a pleno galope, reses que resisten a entrar en el corral, torear un toro bravo, y cachudo y colear sobre la sabana infinita de las llanuras orientales en el Casanare.
Además de ser una actividad laboriosa y recia, también es una manera de socializar y de consolidar la cultura llanera criolla, donde además del trabajo recio, también hay trabajo doméstico, que tanto hombres como mujeres desarrollan en conjunto, en una gran fiesta al son del arpa y del cuatro.
Este trabajo dura aproximadamente 40 días y se realiza a finales de mayo y noviembre, es decir a la entrada y salida de las aguas. En las imágenes, Don Elkin y sus hijas, Mariana y Angelina, orgullosas de aprender las enseñanzas del llano y poder mantener a su familia del legado cultural que don Elkin, su padre y abuelo les ha heredado, juntos hacen equipo para seleccionar, someter y marcar el ganado, una actividad rural del campo casanareño colombiano.
La crin
Dentro del trabajo de llano existe una labor artesanal muy importante para el llanero, lo hacen hombres, mujeres y niños, pero para el caso de esta imagen, es un llanero jornalero quien lo desarrolla, este joven jornalero que trabaja para la Reserva Natural Campo Alegre en el municipio de Casanare, está trabajando en la conformación de una “guasca” o “soga”, la cual es hecha por la “crin” de caballo, es decir, por el pelo de la cola del caballo. Usualmente se hace de tres torcidos, los cuales dan un grosor total de un centímetro y en muchas ocasiones para darle un toque de diseño, se mezcla entre crin de color negro, café o blanco. El uso fundamental de esta soga está orientado a poner en la jáquima o cabestro, especialmente cuando se usa silla de montar y su función principal es amarrar al caballo. Esta soga es usual que sea confeccionada por el dueño de la cabalgadura, lo que le da un distintivo propio a su soga.
Mariana
Mariana es una joven de 17 años, hija de Don Elkin, el menor de 9 hijos y el Caporal de la Finca Playa Blanca en el Casanare. Mariana creció viendo y respirando el trabajo de llano, desde los 5 años monta a caballo y arrea ganado, usualmente ejerce su rol de vaquera trasera, pero en el corral es toda una máquina, separa toros, vacas y terneros con un carácter único, silva fuerte, grita y puja con ahínco para demostrar control y poder sobre los animales, no la reconozco encima de su caballo, porque debajo de él es la mujer más sensible y amable, en fin, las dos Marianas son únicas y ninguna es mejor que la otra. No me lo contaron, pero sé que es el orgullo de don Elkin, eso se respira en la sabana cada vez que él la mira directo a sus ojos, es mágico verlos trabajar juntos, se complementan como uno solo y aunque encima del caballo ella se mantiene seria, recia, de carácter fuerte por que el llano no da tregua, tiene la suficiente ternura para dirigirse a su papá con un amor incondicional. Ella quiere terminar el colegio para ir a la ciudad a estudiar zootecnia, quiere regresar a su Hato y de manera mucho más científica, ayudar a su padre con el ganado, las siembras y la familia. Que orgullo haberla conocido
ANGELINA
Ella es Angelina, la hija menor de don Elkin, el caporal de la finca Playa Blanca en el Casanare, a diferencia del concepto general del “niño trabajador” Angelina, es una niña privilegiada, no trabaja por necesidad ni obligación, pues disfruta de las faenas del trabajo de llano que realiza su familia dos veces al año, es su forma de jugar, de ayudar y de consolidar la cultura llanera criolla que ya por 4ª generación ha evolucionado en las sábanas de su finca. Cabalga absolutamente concentrada, consciente de sus debilidades y fortalezas, observa detenidamente el trabajo que su hermana mayor, Mariana, desarrolla en la faena, es una niña llanera, con educación, alimentación y una gran familia que la orienta y la hace amar el llano como los llaneros aman la sabana. Su ilusión es ser una gran llanera, cabalgar libre por la llanura, así es Angelina como buen vaquera descalza, noble y trabajadora.
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- Autor: Fernando Yulian Martínez @yulianfoto
- País: Argentina.
- Proyecto: La Batalla de Monte Chingolo.
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