Mónica Muñoz – Fotografía de Bodas – Venezuela

Por: Elena Ponce - Fotografías: Mónica Muñoz
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Bodas locas y salvajes

La muerte suele verse como el fin de la vida pero para Mónica Muñoz, una viajera con cámara al hombro, ese fin fue el inicio de un amor a primera vista con la fotografía.
A los 16 años cuando su único hermano falleció por causa de un accidente, ella encontró una herramienta para que los recuerdos no se borraran de su mente y así comenzó a satisfacer la necesidad de fotografiar, porque como lo afirma, “era la única forma en la que sentía que las personas perdurarían en el tiempo y no las iba a perder”. Si ella utilizara este espacio para presentarse, lo haría de la siguiente manera “Mis amigos me llaman Moni. Estudié fotografía hace muchos años, me interesa guardar recuerdos de cómo vivimos, de la vida cotidiana, es por eso que busco fotos vívidas, retratos de momentos simples, no postales de gran amor”.

Muñoz nació en Venezuela, pero su vida ha transcurrido entre Chile, España y Alemania. Mientras habla de lo que más le apasiona, brotan de su ser risas y carcajadas. Su acento tiene una mezcla particular que quien la escuche, no lograría identificar los rasgos particulares de su tono. Entre la alegría que expresa en cada palabra, confiesa que, de la necesidad de congelar los recuerdos de su hermano en imágenes, aprendió a tomar fotos y el cuarto oscuro se convirtió en una especie de salvación. La construcción que realizó de los momentos vividos con la familia y sola, la condujeron a recorrer caminos pisados y a innovar en fotografías de bodas con un enfoque ella misma cataloga como salvaje.

Desde la experiencia de la pérdida de su hermano, se armó de coraje y vio en la fotografía una forma de comprender lo desconocido que le rodeaba. “A mí me gusta el documental, la vida diaria, la cotidianidad es lo que me encanta porque es lo que quiero perdurar en el tiempo. Entonces, mi primer proyecto personal fue la familia, luego en la universidad produje documentales largos de ocho o diez años; por ejemplo, estuve yendo dos veces por semanas al siquiátrico, como para entender qué era la locura, y poder verla desde otros modos”, manifiesta.

Ingresó a la fotografía de bodas a paso lento pero seguro, cuenta que cuando salió de la universidad hizo un par de matrimonios, pero no le encontraba sentido porque no era de esas niñas que soñaban con casarse, los veía muy cliché; después de unos años se casó y se separó, vivió el rito de la ceremonia y lo comprendió en su esencia. Posteriormente robaron en su casa y le hurtaron todos los equipos, tuvo que trabajar más duro de lo normal para comprarlos nuevamente, recuerda de ese momento de crisis “que una amiga me invitó a ser su segunda fotógrafa y realicé las fotos como sabía hacerlas, sin presión de nadie, muy documentales, llenas de energía”. Así fue cómo se empezó a dar a conocer, por las composiciones fuera de los marcos comunes y tradicionales que componen esta disciplina.

A Muñoz siempre le interesó registrar la emotividad detrás de cada persona, que se mostraran vivos en cada imagen. Recuerda que, viviendo el Chile cursó un taller en fotografía de bodas y le dijeron que construyera su propia página. Relata que “Me hice la página y dije, si a la gente le gusta tal cual como está saliendo … ¡Fantástico! si no, prefiero no dedicarme a esto, porque le tengo mucho respeto a las fotos de bodas y su técnica es muy complicada; además son los recuerdos ajenos. Entonces no quiero verme tratando de hacer algo que no sea honesto… ¡y resulto! Les gustó a las personas y acá estamos”.

En su trabajo diario privilegia al sujeto y a lo que pasa en la imagen por encima de la técnica, explica su premisa a la hora de fotografiar de la siguiente manera: “Soy de la ideología de shoot first, focus later (Primero disparar, luego enfocar) … todo viene del instinto, si pasa un niño corriendo y nace fotografiarlo, yo disparo; así que después me preocupo por las demás cosas”.

No en vano en su página web se puede apreciar parte de esa propuesta: “Bienvenidas todas las bodas diferentes de día, la gente loca, espontánea y sin prejuicios que se casa como le viene en gana”; mientras Muñoz explica su enfoque personal, da cuenta de que su forma de ser concuerda muy bien con lo que hace.

Su voz retrata una personalidad fuera de lo común, así como las composiciones que realiza.
Frente a su compromiso con la fotografía de bodas manifiesta que “En mi caso quiero que las fotos sean muy vivas para que reflejen casi como en una película lo que está pasando. Quiero que la gente en unos 50 años más ve las fotos y diga lo entiendo todo. Así mismo me interesa mucho retratar parejas diferentes, alternativas, locas porque no quiero gente que esté posando, que no sienta el registro, sino que viva de verdad. Es por esto que, buscamos gente más loca”. Para esta fotógrafa, las imágenes deben trascender en el tiempo, así como las emociones puedan revivirse mediante un vistazo a los álbumes.

Para conocer cómo logra capturar con su lente imágenes vívidas, basta con ingresar a su página web y explorarla; así se podrán observar cómo sus protagonistas son parejas en patineta o corriendo en una carretilla, también se encontrarán novios vestidos de gala con tenis o a pies descalzos. En esta revisión no hay formalismos ni poses, porque para Muñoz los recuerdos que captura se convierten en la memoria de explosiones de felicidad que van en el camino contrario a las fotografías tradicionales de bodas, en el que la cordura se perdió desde el inicio y los convencionalismos no tienen la más mínima posibilidad.

Cuando la invitan a congresos para compartir su experiencia, explica que lo hacen justamente porque tiene una visión opuesta de lo que generalmente se hace en fotografía de bodas, “que es todo muy romántico, taciturno, melancólico y un flash por detrás que hace silueta. Creo que cada persona es un mundo y debería verse reflejado en las fotos. No puede ser que veamos a los novios como maquetas que siempre quiero hacer la misma foto, pero al revés, cada pareja te ofrece un mundo de imágenes y por eso cada una debe ser diferente. Por eso trato de retratar la realidad y estoy en contra de la nueva tendencia en la que unifican a todo el mundo”.

Su particular visión de los matrimonios no pretende controlar la energía que desborda esta celebración, por eso hace énfasis en aquellas parejas que quieren celebrar con locura su compromiso. Para Mónica Muñoz, la fotografía de bodas es “documentar cómo se casa la gente en una era del tiempo y eso debería verse reflejado en cómo son las parejas realmente y creo que se está perdiendo en esta perfección técnica que se está tratando. Se desfigura la naturalidad, la identidad de las personas, de cada país y de cada lugar. Como que estamos unificando todo”. Esta parece ser su mayor preocupación cuando percibe el panorama de esta disciplina; sin embargo, insiste en reinventar cada experiencia para que esos recuerdos sean únicos como cada pareja. En su página web destaca con ahínco la manera particular cómo hace su tarea: “hago bodas con identidad. Si estás más involucrado en los protocolos, entonces tal vez no soy tu chica, ¡pero si vas a dar tu vida en la boda! Yo soy tu fotógrafa”.

La fuente de inspiración es inagotable para su espíritu fotográfico salvaje y explorador. Actualmente con su novio indagan sobre la corriente nueva del porno feminista, una tendencia que busca reivindicar los derechos sexuales de la mujer que por muchos años ha sido solo objeto para el placer masculino. En esta actividad, ella desde la fotografía análoga y él desde el video, explica que las personas que trabajan en esta actividad son tratados con respeto y devengan sueldos muy buenos; así como también, “las imágenes son más estéticas, casi cine. A nosotros nos interesa hacer una mirada íntima a quienes trabajan en este tipo de porno, mediante entrevistas a directores y actores”, así es como el mundo de la fotografía va de la mano con el del cine; y por eso mediante su trabajo, busca transgredir el diminuto hilo que los separa.

Así es Mónica Muñoz, una fotógrafa arriesgada, una mujer intrépida y una ciudadana del mundo. Su cámara no conoce de marcos tradicionales porque el lente se mueve entre situaciones salvajes y locas. Desde pequeña, cuando buscaba la forma de preservar en su memoria los recuerdos con su hermano fallecido, encontró en la fotografía un universo inacabado de posibilidades para vivir experiencias únicas con cada una de las parejas. Así es que, cero formalidades y cero poses, si eres una de esas parejas poco convencionales, atípicas y quieres retratar tu boda con la singular mirada de la vida y del mundo que tiene Muñoz ella misma te diría ¡I am your photographer!.

hago bodas con identidad. Si estás más involucrado en los protocolos, entonces tal vez no soy tu chica, ¡pero si vas a dar tu vida en la boda! Yo soy tu fotógrafa”


Mónica Muñoz

Página Web: thewildbrides.comFacebook: Monica Muñoz
Instagram: @the_wild_bridesTwitter: @thewildbrides


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